El sarro es la acumulación sólida y calcárea que se forma principalmente debido al depósito de minerales presentes en el agua. Las aguas duras contienen altos niveles de minerales, como el calcio y el magnesio, que propicia su formación. La cal, por otro lado, es el resultado de la evaporación del agua dura. Cuando el agua se evapora, los minerales se concentran y forman depósitos blancos y escamosos en forma de manchas antiestéticas de los baños, que conocemos como cal.
Ambas sustancias son habituales encontrarlas en grifos, duchas, lavabos y azulejos, mamparas de vidrio y otras superficies del baño. No solo afecta a la apariencia visual de los baños, sino que también pueden obstruir los conductos del agua. Además, el sarro puede convertirse en un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos, lo que representa un riesgo para la salud y la higiene.
La acumulación de sarro y cal en los baños puede ser mayor en áreas de poca ventilación. La falta de ventilación aumenta la humedad y favorece la formación de éstos depósitos.
Para combatirlos, la limpieza diaria es fundamental, así como contar con productos especializados y profesionales. Aquí os dejamos nuestras recomendaciones.